“Usted, director(...), usted maestro(...), usted maestra(...), usted profesor(...), tiene que estar pendiente de la integralidad de la formación de sus alumnos, que son como hijos, como hijos todos por igual, sean blancos, negros, ricos, pobres, lo que sean, son los hijos de la patria, hijos de todos nosotros”.
Hugo Chávez, discurso con motivo de los primeros cien días de gobierno, Palacio de Miraflores, Caracas, 13/5/1999.

Saber con sabor: Caraotas Negras

Las caraotas son originarias de la Orinoquia colombiana y venezolana. Han sido por generaciones parte de nuestra dieta diaria, las caraotas en siglos pasados solían servirse al desayuno, almuerzo y cena, eran como un acompañante inseparable de cualquier comida, como el arroz blanco, como la arepa, estaban en la mesa de ricos y pobres. Y es que las caraotas son parte importante de nuestra economía. Por algo son parte de nuestro pabellón criollo.

Las caraotas tienen diferentes nombres en el mundo: alubias, chícharos, fríjoles, granos, habichuelas o porotos. En el país se consumen tres tipos de caraotas: rojas, blancas y, la más común, las negras.

Es una planta de hábito de crecimiento indeterminado, porte erecto y una guía corta al fin del tallo principal. Es bastante ramificada, y tiende a agrupar la mayor cantidad de frutos en el eje principal. Florece a los 35 días después de germinar, y alcanza su máximo a los 47 días; flores moradas intenso. La madurez fisiológica de los frutos ocurre entre 65 y 75 días después de la germinación y la madurez de cosecha se presenta a los 78 y 80 días.

Las caraotas aportan varios beneficios: Son fuente de carbohidratos complejos, proteína, vitaminas, minerales y fibra (los carbohidratos complejos ofrecen la ventaja de que se absorben más lentamente que los carbohidratos simples, como la azúcar o los dulces); son fuente de hierro, tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico; son bajos en grasa y sin colesterol; contienen poca sal, sodio y calorías; son económicas y dan mucha energía.

Con las caraotas negras se prepara una sopa que es un plato representativo de la Caracas de antaño y aún hoy se prepara con frecuencia en los hogares venezolanos. Se trata de una sopa oscura y consistente que se presenta previa “al seco” de nuestros almuerzos.

Sopa de caraotas a la caraqueña:

Escoja las caraotas eliminando toda clase de impurezas, se lavan en agua y se desechan las que floten, en una olla de presión se colocan con 10 tazas de agua, cebolla picada y pimentón, se lleva a un hervor y se cocinan por 1 hora ó hasta que ablanden, se retira la olla del fuego, se deja enfriar para destaparla y en la misma olla se le agrega papelón, sal, pimienta y unas 6 u 8 tazas de agua más, se siguen cocinando y se le retira cualquier espuma que pueda formárseles. Se cocinan hasta que estén muy blandas. 

Aparte en un caldero pequeño se doran los trozos de tocino, hasta que estén oscuros y suelten bastante grasa. Se eliminan los sólidos y se reserva la grasa, allí se agrega cebolla rallada y ajo, se deja dorar y se agrega a las caraotas, se deja cocinar por unos 30 minutos más. Se sirven con arroz blanco.

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