“Usted, director(...), usted maestro(...), usted maestra(...), usted profesor(...), tiene que estar pendiente de la integralidad de la formación de sus alumnos, que son como hijos, como hijos todos por igual, sean blancos, negros, ricos, pobres, lo que sean, son los hijos de la patria, hijos de todos nosotros”.
Hugo Chávez, discurso con motivo de los primeros cien días de gobierno, Palacio de Miraflores, Caracas, 13/5/1999.

Alí Primera: por fortuna, el corazón siempre se ubica a la izquierda. (+Video)

Tal y como las nubes no se puedan atar con un guaral y portarlas como volantines, no hay quien amarre la voluntad versada de Alí Primera. Mientras haya alguien que nombre, la vida permanece. Cuánta vida sigues teniendo Alí Primera cuando trascendiendo tu tiempo sigues siendo el Cantor del Pueblo porque a él le cantas y él a ti te canta. 

Alí nació en coro el 31 de octubre de 1942. Una bala perdida mató a su padre siendo él muy niño: Para salir de la miseria en que vivía su familia fue limpiabotas y boxeador. En 1960 se vino para Caracas con su familia y completó su educación en el Liceo Caracas. Luego cursó Química en la Universidad Central de Venezuela donde comenzó su militancia como cantante y compositor. «No basta rezar» y «Humanidad» fueron sus primeras canciones con las que se dio a conocer.

Pero para nombrarte se necesita ser mucha gente, mucho poema y saber que éste es un servicio. Hay almas que de tan solidariamente gente que son se convierten en poemas. Atrapan al vuelo el verso que nace en un minuto en cualquier lugar público y lo escriben de una vez. No le temen a las balas ni a los besos. Dejan su texto como rescoldo, palabras que se encenderán en el momento preciso.

Uno no sabe para quien escribe hasta que alguien se atreve a mirar entre las persianas de letras qué hay dentro. A veces en la penumbra se esconde un abrazo monosílabo, como vos, como yo. Otras veces, lo que se halla es pura basurita bajo el texto como un cocuyo insomne.

En mi pueblo la gente canta, silba, tararea, chasquea los dedos, acompaña la radio, corea, tamborilea, desafina, sigue el ritmo con la punta del pie, palmotea, baila.

Venezuela es musical y contestataria desde La Piedra del Cocuy hasta el Cabo de San Román; desde Castillete hasta Punta Peña; desde la Vuelta de la Culebra (espacio público que no falta en ningún barrio) hasta Buenos Aires (botiquín que no falta en ningún pueblo); desde los transportes híbridos indígena-criollo (chirrinchera o balajú) hasta los vehículos colectivos criollo-rural-barrial (jeep o ruta).

A ritmo de golpe, hip hop, corrío, salsa, fulía, reggaeton, calipso, vallenato, sangueo, electhro, bambuco, baladas, rock, vals, merengues, gaita, pasillos, aguinaldo, chamarritas, galerones, milongas, zambas, tonadas, chimbángueles y güegües nuestro pueblo se diversifica, busca, experimenta, se manifiesta.

Como nuestro, junto con Alí Primera le cantamos al pueblo salvadoreño que tiene el cielo por sombrero, al inolvidable Ho Chi Minh y a la mujer del Vietnam que anda con un hijo en la mano y en la otra un fusil, al agua clara de Nicaragua, a Borinquen, a un Uruguay sin dueño, a Mercedes la Negra buena, al Comandante amigo, a Tania la que canta amor a revolución, a Cuba que es un paraíso, a Benjo Cruz el cantor de Bolivia, a Guatemala corazón que late de lado y lado, al futuro que pregunta ¿qué hicieron ustedes por Haití? Canto venezolano, nuestroamericano, pluriverbal.

Este 31 de octubre, más que celebrar el cumpleaños de Alí Primera, celebramos que el pueblo cantor, en su diversidad, le haya inspirado letra y música al Cantor del Pueblo porque, definitivamente, “mi pueblo cada día tiene mucho que dar”.

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