La Batalla de Santa Inés, librada entre el 09 y el 10 de diciembre de 1859, marca el triunfo del ejército liberal sobre el bando conservador en la gesta de la Guerra Federal.
Esta batalla representó uno de los hechos más violentos de la historia venezolana en el que se enfrentaron los conservadores (Oligarquía Gobernante surgida de la guerra de independencia) y los liberales o federalistas quienes querían cambiar el orden social, económico y político venezolano por uno en el que imperara la justicia y el desarrollo económico.
En un ardid estratégico, conocido como “Acción Retardatriz”, los federales retrocedieron hasta la margen derecha del río Santo Domingo, en Santa Inés, villa al suroeste de Barinas. Allí reunieron sus fuerzas, y para el día 9 de diciembre ya se hallaban organizados en tres líneas de combate, sumadas a una avanzada y una reserva.
Las primeras posiciones fueron tomadas de acuerdo a lo previsto, y las fuerzas se fueron replegando hacia las posiciones anteriores. A pesar del apoyo de la artillería, las tropas oficiales resultaron con grandes pérdidas. Esto sucedió el 10 de diciembre de 1859, y el ejército oficial, viendo lo inútil de la campaña decidió retirarse a la medianoche.
Los federales sitiaron Barinas, impidiendo a los maltrechos oligarcas saciar su hambre y su sed. El 24 de diciembre ya sin posibilidades de resistir, y enfermos, los sitiados decidieron abandonar la ciudad sin ser vistos.
A la espera de refuerzos, Zamora, para impedir ataques enemigos, a los que no podían responder, prendió fuego a los pajonales que los separaban de ellos, impidiéndoles atacar, y permitiendo la espera de sus fuerzas de apoyo, con las cuales pudo reiniciar la persecución.
Los federales ingresaron en Barinas y decidieron tomar Caracas, para lo cual se dirigieron primero hacia San Carlos, pensando luego pasar a Valencia, para finalmente culminar en el ansiado Caracas. Pero Zamora, traicionado por sus propios hombres, posiblemente por Falcón y Guzmán Blanco, fue asesinado el 10 de enero de 1860.
Oligarcas, temblad, ¡VIVA LA LIBERTAD! A tres décadas de la constitución de Venezuela como
República, luego de la diezma de su población por una guerra independentista que costó casi la mitad de su población, y tras la puesta en marcha de un proyecto nacional, el joven y convulso país se ve inmerso en la más grande de sus confrontaciones internas: la Guerra Federal.
Su canto de batalla, el Himno de la Federación, cumple con las banderas que protagonizaban los
reclamos de este movimiento con amplia base campesina y que tenía como líder a Ezequiel
Zamora. Este hombre, al margen de poderes y partidos moviliza a la victoria de la Federación y
será víctima de una doble injusticia histórica. Primero su asesinato por manos desconocidas luego
de la Batalla de Santa Inés, la victoria que inclinó la balanza de fuerzas a favor de los federados, y
que consagró a Zamora como líder indiscutible del movimiento; y segundo, la desaparición de su
nombre en una de las estrofas del Himno de la Federación.
Luego de tomar posesión Juan Crisóstomo Falcón, segundo al mando de Zamora, el himno deja de
tener el siguiente verso: “La espada de Zamora y el General Falcón”; para terminar con esta
versión, hasta ahora, definitiva: “La espada vencedora del General Falcón/ Anuncia la victoria de la
Revolución/ Oligarcas temblad/ ¡Viva La Libertad!”. Quienes terminaron perdiendo fueron los
campesinos nuevamente engañados, los huesos del mismo Zamora asesinado, traicionado por sus
círculos más cercanos, los registros oficiales, y la memoria de la victoria de la Revolución.
No todos los himnos cantan la victoria popular
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