“Usted, director(...), usted maestro(...), usted maestra(...), usted profesor(...), tiene que estar pendiente de la integralidad de la formación de sus alumnos, que son como hijos, como hijos todos por igual, sean blancos, negros, ricos, pobres, lo que sean, son los hijos de la patria, hijos de todos nosotros”.
Hugo Chávez, discurso con motivo de los primeros cien días de gobierno, Palacio de Miraflores, Caracas, 13/5/1999.

Día del Estudiante Universitario

Me gustan los estudiantes porque son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura
Violeta Parra

¡Y echen a vuelo
el nombre de estudiantes, en bronces de romántica emoción, los que lo son,
los que lo fueron antes; los que por suerte,
tienen de estudiantes para toda la vida el corazón!
Francisco García Jiménez

Aquel 21 de noviembre de 1957, bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, Venezuela se doblaba con un dolor mayor que el producido por la fiebre chikunguya: era el imperio del odio, la represión, la tortura, desaparición forzada a quien pensara distinto o se opusiera a los macabros planes de gobierno. Hasta que, conminado por la indignación, el movimiento estudiantil venezolano alzó su bandera y su grito hasta acabar con su brillo la sombra de la muerte.

Es por ello que cada 21 de noviembre el corazón se vuelve hacia la gesta de los y las estudiantes de Educación Media y Universitaria con orgullo de saberles compatriotas , camaradas del mismo sueño de libertad y justicia. Y es que hay críticas que merecen ser expuestas con la voz de la razón a pleno grito callejero, sin temor, con entusiasmo. Es preciso trazar caminos de militancia y solidaridad, empreder la búsqueda de nuevos lenguajes que descorran las cortinas que aún retardan el establecimiento de una sociedad plena de derechos.

El 21 de noviembre de 1957, un grupo de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Católica Andrés Bello se alzaron en manifestación. Anteriormente, ya los y las liceístas de distintas instituciones (Fermín Toro, Juan Vicente González, Andrés Bello, Razetti, Caracas y la escuela Miguel Antonio Caro) tenían rato protestando y en huelga en contra de la dictadura cruel y nefasta de Marcos Pérez Jiménez. Ese 21 de noviembre, comenzó la huelga en la UCV, regándose rápidamente por otras universidades.

Esta protesta continuó hasta enero de 1958 animada por el Frente Universitario quienes se adueñaron de las calles de Propatria, Catia y Capuchinos en airoso revuelo. Ante estas acciones, la Seguridad Nacional, el órgano represivo del Estado por aquel entonces, detuvo y torturó a estudiantes y cerró los centros de educación universitaria. Esto, en lugar de frenar la protesta, la avivó hasta que Pérez Jiménez tuvo que huir del país el 23 de enero.

Hay personas que con sus gestos decididos son notas al pie que comentan o aclaran la vida; son panas que definitivamente evitan que se caiga en improcedencias e impiden que el transcurrir de los días y noches sea más aburrido que una plana de trescientas sesenta y cinco líneas para corregir desviaciones o más ridículo que error ortográfico en la propia existencia.

No se trata de año tras año rendir un homenaje sólo restaurando la memoria. Necesitamos continuar la batalla dando una respuesta contundente que sacuda las estructuras de una sociedad sedada por los barbitúricos del capitalismo.

Puede ser que, como dijera el poeta salvadoreño Roque Dalton, los muertos están cada día más indóciles, pero en quienes vivimos recae la responsabilidad de la construcción. Así, es hora de ser rebelde y tornarnos proactivos; esmerarnos en soñar un proyecto de sociedad justa. Comprendamos que no puede seguir esperando los golpes para reaccionar. Hay que profundizar el plan de emancipación.

Es tiempo de ir gestando la insurrección afirmada en las ideas de Bolívar, Rodríguez, Zamora y Chávez. Vamos a atrincherarnos en el verbo de poetas y cantores, busquemos nuestras raíces ancestrales, exorcicemos los signos de la muerte enarbolando banderas y flores.

Animémonos a contemporizar el ejemplo dado por las y los estudiantes, avasallar los prejuicios, perder el maquillaje de las letras, resucitar entre los escombros de las causas perdidas y atrevámonos a besar la vida con la pasión inigualable de quien se sabe el ser más hermoso del universo. Mostremos al mundo nuestro empecinamiento que tiene 15 años redactándose como imagen bonita de la vida y ha demostrado que para ser feliz de nada sirve el empeño sin temeridad en el amor y disciplina en la acción.


Fuente: EfemeridesHoy (Viceministerio de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo)

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